Bien, desde el comienzo hasta el final, nada más para entender que esto era una suposición de su mente, que la idea de conquistar los propios pensamientos es el fin del equilibrio, de sanidad mental... no es sitiese que a través de ello obtenía status, aunuqe muchos lo creyeran así... por el contrario, cada enfretamiento era una batlla de sudor y lágrimas, se autoncenvencía que lo necesitaba, al posar su dedo índice en el timbre y provocar el ding-dong comprendía que no podía vivir sin ella... la aliviaba...se recostaba en aquella camillda desgastada, por tanto espinazo duro, pisoteada de culposos pensmaientos, dejaba caer sus párpados en el ensueño de un baño caliente... se entregaba a sus brazos, vomitaba sus culpas, sus odios, sus penas... terminada la catársis, recorría el estrecho pasillo del piso con una extraña sensación de vergüenza por su falta de claridad... ¿cómo no ver esto antes, si parecía tan lógico ahora?... lloriqueba en el escensor, antes de salir engujaba sus mocos y reía, qué dessanso (re)entrar al mundo inconsciente!... y cada dos semanas volvía a sentir que no podía vivir sin ella.
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