Bien, desde el comienzo hasta el final, nada más para entender que esto era una suposición de su mente, que la idea de conquistar los propios pensamientos es el fin del equilibrio, de sanidad mental... no es sitiese que a través de ello obtenía status, aunuqe muchos lo creyeran así... por el contrario, cada enfretamiento era una batlla de sudor y lágrimas, se autoncenvencía que lo necesitaba, al posar su dedo índice en el timbre y provocar el ding-dong comprendía que no podía vivir sin ella... la aliviaba...se recostaba en aquella camillda desgastada, por tanto espinazo duro, pisoteada de culposos pensmaientos, dejaba caer sus párpados en el ensueño de un baño caliente... se entregaba a sus brazos, vomitaba sus culpas, sus odios, sus penas... terminada la catársis, recorría el estrecho pasillo del piso con una extraña sensación de vergüenza por su falta de claridad... ¿cómo no ver esto antes, si parecía tan lógico ahora?... lloriqueba en el escensor, antes de salir engujaba sus mocos y reía, qué dessanso (re)entrar al mundo inconsciente!... y cada dos semanas volvía a sentir que no podía vivir sin ella.
LLegó el momento... ya estoy acá frente a frente... y no voy a escapar...aquí estoy...
domingo, 23 de marzo de 2008
Cómo llegué a esto....!!!
Fue como en historia de Lynch, donde las mujeres son actrices sensuales y de una belleza algo exótica... y loca, muy locas!... así se sentió durante todo ese verano, nunca se sacó la idea de la cabeza, quizás la convenía de alguna forma. Caminaba todas las tardes por la cuidad, como era turiste no le importaba nada -esa es la ventaja de no pertencer...- se decía una que otra vez, mientras observaba niños, mujeres y hombres extraños, o quizás no, no lo sabía, no le importaba, sólo caminaba y sabía que llegaría al lugar convenido... ése que durante varias tarde rondaba como cuervo a su presa, ése que no esperó volver a pisar, aunque hoy reconocía sus ansias de oler aquella madera húmeda, sentía la tensión bajo la sombra del antiguo arbol en la entrada principal... ¿ dudaba de ese encuentro?... sí, siempre dudo de ella, a pesar de que en cada conversación le hacía creer lo contrario, esta oportunidad no sería diferente, cada pregunta como un dardo envenenado, desgastarían esos labios... sus labios
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